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quinta-feira, 29 de outubro de 2020

O Conforto dos mercenários * FAI/Espanha

O CONFORTO DOS MERCENÁRIOS

Declaración del FAI sobre el refugio en España de Leopoldo López


Leopoldo López no era un "preso político"; es un criminal, sentenciado a 13 años de cárcel por los  tribunales de Venezuela como principal instigador de las revueltas de 2014 que causaron la muerte  de más de cuarenta personas. 

Leopoldo López había sido entrenado y financiado por Washington para organizar las operaciones  de "cambio de régimen" en Venezuela, desde su plataforma ultraderechista Voluntad Popular, que  recurría a las técnicas de agitación violenta en las calles con resultado de muertes para criminalizar  al gobierno como responsable. Seguía así las tácticas expuestas por el teórico Gene Sharp en su  libro "De la dictadura a la democracia" y usada con profusión en las llamadas "revoluciones de  colores". 

Las medidas de gracia del gobierno de Maduro habían permutado su prisión por arresto domiciliario hasta terminar su condena. Esta circunstancia permitió su fuga para poder dirigir él personalmente  el frustrado intento de golpe de estado de 2019, que había organizado con la colaboración del  figurante Guaidó. 

La injerencia del Reino de España dio entonces un salto cualitativo, al ser acogido el prófugo en la  embajada de España en Caracas, contraviniendo la Convención de Viena sobre relaciones  diplomáticas, que prohíbe la protección de criminales, condenados en firme, contra el estado  anfitrión. Para evitar la escalada, el hecho fue tolerado por el gobierno de Venezuela bajo  compromiso de su no participación en actividades políticas. 

Muy al contrario, desde su refugio en la embajada, Leopoldo López continuó siendo el principal  artífice de todas las actividades insurgentes, que organizaba desde allí con la aquiescencia del  Embajador Jesús Silva. La última y más desesperada, la preparación de la frustrada incursión de  paramilitares conocida como operación Gedeón en mayo de este año.  

Hay que señalar el cinismo del embajador y de las autoridades españolas sobre su no participación  en los hechos que le han permitido escapar. 

Los vínculos de Leopoldo López con España, como vector de penetración de la actividad de acoso a Venezuela desde la propia España y desde la Unión Europea, fueron estrechados por el PP durante  el gobierno de Rajoy: se le concedió la ciudadanía española en 2015 y su padre, con poderosos  intereses inmobiliarios en Madrid, fue presentado en las listas electorales y elegido eurodiputado  por ese partido en 2019. 

Con esta operación, el Reino de España perpetúa la ignominiosa tradición abierta por la dictadura  del general Franco de dar refugio a personalidades implicadas en los peores crímenes contra los  pueblos del mundo, desde nazis exiliados tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial,  neofascistas italianos que ejecutaron aquí acciones terroristas tras la dictadura, hasta tiranos y sus  familias (como Batista o Trujillo), además de agentes de las sanguinarias dictaduras del cono Sur y  terroristas de la extrema derecha latinoamericana.  

Resulta insoportable la hipocresía de las autoridades, políticos y medios españoles, rotundos en su  categorización de terrorismo para cualquier actividad que cuestione la vigencia de la Constitución  Española, aún por vías pacíficas, que sin embargo dan amplia cobertura a un criminal convicto y  confeso, calificándolo como "preso político". 

La continuada injerencia española en la política Venezolana, que tuvo su máxima expresión en el  apoyo directo al golpe de estado de 2002 contra Hugo Chávez, se inscribe en el marco de la guerra  desatada por el imperialismo, liderado por los EEUU, contra su soberanía para hacerse con sus 

recursos, impedir la integración regional y frustrar el poderoso ejemplo de dignidad y resistencia  que supone para las clases populares de toda Latinoamérica. 

Es llamativo el sometimiento a criterios ajenos al declarar "enemigos de España" a quienes  determinan desde los EEUU, sin exigir de ellos el más mínimo soporte documental. 

Este sometimiento cobra especial significación en la innoble actitud del Alto Representante de la  UE para la Política Exterior, el español Josep Borrell, vocero e impulsor de las acciones de guerra  económica contra Venezuela desde ese ámbito.  

El FAI denuncia la actitud servil del Gobierno, contraviniendo la Convención de Viena y la propia  legislación española y faltando al compromiso de no permitir actividades ilegales desde su  embajada.  

Asimismo, denunciamos la irresponsable participación de muchas de las instituciones a todos los  niveles de la administración en el apoyo a esta facción filofascista de la oposición venezolana. 

Y de manera general, denunciamos a los partidos del arco constitucional y al complejo mediático  españoles, que sostienen desde hace años la campaña de acoso contra el legítimo gobierno de  Venezuela, en una actitud que solo beneficia a ciertas élites dispuestas a sacrificar la paz. 

Condenamos la colaboración del Gobierno de España en la huida clandestina de un delincuente  convicto de terrorismo y prófugo y demandamos su devolución por vía de extradición a las  autoridades de Venezuela. 

El FAI exige del Gobierno un cambio radical en su actitud hacia Venezuela, respetando el derecho  internacional, acatando el principio de no injerencia de las Naciones Unidas y apoyando de la mejor fe todas las medidas que el Gobierno de Nicolás Maduro, el único que reconoce esta institución,  está implementando para lograr la pacificación del país y la superación de la grave crisis económica inducida por la agresión imperialista. 

¡Basta de injerencia contra la República Bolivariana de Venezuela! 

¡Manos fuera de Venezuela! ¡Respeto a su soberanía! 

¡Respeto al Derecho Internacional! 

Frente Antiimperialista Internacionalista 

26 de octubre de 2020

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