República Bolivariana de Venezuela
Declaración final del Encuentro Mundial de la Clase Obrera AntiimperialistaLas trabajadoras y trabajadores reunidos, en una videoconferencia desde Caracas, capital de la República Bolivariana de Venezuela en conexión con delegadas y delegados de todos los continentes, con motivo del “Encuentro Mundial de la Clase Obrera Antimperialista” en Solidaridad con el Gobierno y el Pueblo Venezolano y los pueblos y gobiernos de los países soberanos, luego de las deliberaciones efectuadas expresamos:
El mundo de hoy está marcado por la impronta de la globalización del capital. El carácter actual del capitalismo asume una voracidad sin precedentes que afecta a la clase trabajadora y a la humanidad en su conjunto. El capitalismo neoliberal que abarca el sistema económico financiero mundial persigue la búsqueda incesante de ganancias mediante la conquista de nuevos mercados, fortalece el predominio del capital financiero, intensifica el saqueo de los territorios y los recursos de los pueblos y afianza la explotación de la clase trabajadora, ensañándose aún más en la mujer. Con el fin de maximizar las ganancias de las grandes trasnacionales, el capitalismo neoliberal también arrebata el futuro a la juventud y desdibuja la identidad de los pueblos originarios. Es evidente, que la solución a los grandes problemas del mundo actual demanda un nuevo modelo de convivencia humana que respete la diversidad cultural.
El futuro de la humanidad está en grave peligro. La voracidad del modelo económico capitalista, en su despliegue suicida, ha creado la posibilidad de la extinción del ser humano. La paz en el planeta se encuentra seriamente amenazada como resultado de la política de agresiones militares de los EE. UU. y sus aliados, así como de la mortal carrera armamentista que sólo les reporta dividendos a las grandes corporaciones del complejo industrial-militar. La guerra ha sido el mecanismo predilecto del expansionismo imperialista, en especial, del estadounidense.
Afortunadamente, los pueblos comienzan a levantarse contra este estado de cosas. Así se desarrollaron grandes protestas e insurrecciones en 2018 y 2019, tanto en Europa como en América Latina y el Caribe. En Nuestra América estas manifestaciones multitudinarias dan un
toque de alerta que nos indica un cambio en la correlación de fuerzas, un cambio aún en construcción. En Chile, Ecuador, Colombia, Brasil, Haití, así como en otros países, se intensificaron estas luchas, pasando de reivindicaciones generales a una verdadera lucha política que cuestiona las bases mismas de los estados capitalistas en esas naciones.
Estas protestas solo dieron una pausa, por la pandemia del Covid-19. Una pandemia que se ha “globalizado” en el mundo, y en donde los países capitalistas llamados “civilizados y desarrollados” han mostrado su verdadera cara: primero es el capital y después el ser humano. Este razonamiento de los gobiernos de derecha, ha provocado la muerte de cientos de miles de sus connacionales para salvar el capitalismo.
¡El virus no es el Covid-19, es el capitalismo!
La pandemia ha sido el detonante de la crisis global del capitalismo neoliberal, todas las grandes potencias comienzan un proceso de recesión de su economía para este año y con incertidumbre para los años que vienen, pero lo peor es el aumento del desempleo, la precarización del trabajo y la informalidad que afectara a las trabajadoras y trabajadores. Algunas cifras evidencian esta grave situación: 2.000 millones de trabajadoras o trabajadores son informales (61% de la fuerza laboral); 480 millones de personas de la fuerza global son infrautilizados y más de 3.300 millones de trabajadoras y trabajadores no tienen un ingreso adecuado ni garantía laboral del trabajo (OIT, 2019) y como consecuencia de la pandemia se prevé la pérdida de 590 millones de empleos en el planeta, siendo América Latina la región más afectada (OIT,2020)
A pesar de la catástrofe humana que genera el capitalismo y la pandemia que la agrava más aún las insurrecciones continuaron en el 2020. Así se generaron protestas en EEUU por la muerte de George Floyd el 25 de mayo de este año a manos de la policía blanca y racista de Minneapolis, protestas que fueron multitudinarias y se extendieron a nivel mundial, protestas que comenzaron con la indignación por la muerte de Floyd, hasta pasar a luchas antirracistas y anticoloniales que llevaron, inclusive, a destruir mucho de los símbolos más preciados del colonialismo dominante europeo y estadounidense y la conformación de movimientos de masas antirracistas y anticoloniales como BLM ( Black Live Matter). También se desarrollaron una serie de luchas, en medio de la pandemia, que fueron significativas y singulares. Por ejemplo, las luchas de trabajadoras y trabajadores de las plataformas digitales de reparto globalizadas, contra la precariedad del trabajo, tanto en América Latina como en Europa y Australia. Otra lucha significativa en Europa ha sido la de los migrantes, muy vinculada a la lucha de los llamados “sin papeles”.
Pero es en Nuestra América, principal teatro de la ofensiva imperialista por mantener su hegemonía global donde se desarrollaron luchas fundamentales a pesar de los procesos de restauración neoliberal aupados por los EE. UU. Destaca la resistencia heroica del pueblo obrero e indígena de Bolivia contra la dictadura que facilitó el triunfo abrumador de Luis Arce a pesar de la violenta represión. Asimismo, el resultado aplastante en el Plebiscito de Chile gracias a la movilización popular incansable del pueblo en las calles para mandar al basurero
de la historia a la constitución pinochetista, proceso que significo una larga batalla desde el 2019, aun sin concluir y, otra lucha significativa ha sido la Minga en Colombia donde los pueblos originarios se levantan.
Ante esto, la Revolución Bolivariana lucha construyendo, convirtiéndose en un bastión de dignidad, al lado de los pueblos y gobiernos de Cuba y Nicaragua que resisten los bestiales ataques del imperialismo. Venezuela se ha convertido hoy en el principal referente del antiimperialismo. El país se ha trazado, desde la llegada del comandante Hugo Chávez a la Presidencia, una política de inclusión social acorralando al neoliberalismo en América Latina. En Venezuela germina un nuevo modelo de convivencia, se libra una decidida resistencia antimperialista y se desarrolla un enfoque sobre los asuntos públicos distinto al dogma neoliberal. Esta lucha de perspectiva antisistémica se integra con la defensa de la soberanía y se expresa en una política exterior independiente de inspiración bolivariana que ha provocado una pugna por la emergencia de un mundo multicéntrico y pluripolar que va cobrando mayor fuerza, que comienza a hacer
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O capitalismo está podre. Todos sabemos disso. Mas ele não cai sozinho