Tres Poemas al Camarada LENIN
Cantata por el aniversario de la muerte de Lenin
Al morir Lenin,
un soldado de la guardia, según se cuenta,
dijo a sus camaradas: Yo no quería
creerlo. Fui donde él estaba
y le grité al oído: “Ilich,
ahí vienen los explotadores”. No se movió.
Ahora estoy seguro de que ha muerto.
Si un hombre bueno quiere irse,
¿con qué se le puede detener?
Dile para qué es útil.
Eso lo puede detener.
¿Qué podía detener a Lenin?
El soldado pensó:
si oye que los explotadores vienen,
puede que estando sólo enfermo se levante.
Quizás venga con muletas.
Quizás haga que lo traigan
pero se levantará y vendrá
para luchar contra los explotadores.
El soldado sabía que Lenin
había peleado toda su vida
contra los explotadores.
Cuando terminaron de tomar por asalto
el Palacio de Invierno, el soldado
quiso regresar a su hogar, porque allí
se habían repartido ya las tierras de los propietarios.
Entonces Lenin le dijo: quédate,
todavía hay explotadores,
y mientras haya explotación
hay que luchar contra ella.
Mientras tú existas,
tienes que luchar contra ella.
Los débiles no luchan.
Los más fuertes quizás luchan una hora.
Los que aún son más fuertes, luchan unos años.
Pero los más fuertes de todos luchan toda su vida.
Éstos son los indispensables.
Elogio del revolucionario
Cuando la opresión aumenta,
otros se desaniman,
pero su valor crece.
Él organiza la lucha
por un centavo de sueldo, por el agua de té,
por el poder del Estado.
Le pregunta a la propiedad:
¿De dónde surgiste?
Le pregunta a las opiniones:
¿A quién sirven ustedes?
Donde siempre callan todos,
allí hablará él.
Y donde reina la opinión y se habla del destino,
él dará los nombres.
Donde él se sienta a la mesa,
se está sentando la inconformidad a la mesa.
La comida se echa a perder
y en seguida se ve lo estrecho que es el cuarto.
A donde le echen,
allí irá la insurrección;
y en el sitio
de donde lo expulsen
seguirá reinando la intranquilidad.
Por la época en que Lenin murió y faltó
se había obtenido la victoria, pero el país estaba destruido.
Las masas habían despertado,
pero el camino estaba oscuro.
Al morir Lenin,
los soldados se sentaron sobre las piedras del camino y lloraron
y los obreros abandonaron las máquinas
y agitaron los puños.
Al irse Lenin, fue
como si el árbol le dijera a las hojas:
Me marcho.
Desde entonces han pasado quince años.
Una sexta parte de la tierra
está liberada de la explotación.
Cuando se grita: “Ahí vienen los explotadores”,
las masas siempre se yerguen de nuevo,
dispuestas a luchar.
Lenin está inscrito
en el gran corazón de la clase obrera.
Él fue nuestro maestro.
Él luchó con nosotros.
Él está inscrito
en el gran corazón de la clase obrera.
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